El viaje desde Bogotá hasta nuestro próximo destino en Ecuador, Otavalo, consistía en nada menos que: 24 horas seguidas en colectivo hasta Ipiales, pueblo fronterizo del lado de Colombia, cruzar la frontera y viaje de 4 horas y media hasta Otavalo.
Arrancamos temprano en el hostel para llegar a hacer las mochilas (por supuesto que siempre sobre la hora jaja) y tener algo de tiempo para desayunar. Al final el tiempo para desayunar no pudo ser asique terminamos llevandonos el desayuno en el taxi que nos llevó hasta la terminal (te lo daban en unas bolsitas de plástico tipo el desayuno que te dan cuando haces viajes largos en colectivo en Argentina). Llegamos y a los 10 minutos salía el próximo asique compramos unos cafés y unas donas para llevar (está lleno de Dunking Donuts en Bogotá) y arrancamos viaje.
Mucho de esas 24 horas no hay para contar, más que que por suerte dormimos de 18 de las 24 de viaje jaja. Marianita tomó una pastilla para que la ayude yo recurrí al sueño natural. Entre dormida y dormida igual pudimos ver algunos paisajes espectaculares, desde la montaña cuando salís de Bogotá hasta las montañas cuando estás llegando a Ecuador. Acá van algunas fotos de lo que se veía por la ventana....
Ipiales, además de ser un punto comercial de importancia para Colombia porque es su conexíon por tierra a los países sudamericanos que están al sur, es conocida por el santuario de la Vírgen del Rosario de Las Lajas, construído obre el abismo de del río Guáytara a 7 km de Ipiales esta impactante contrucción es donde se celebrá todos los años cada 16 de Septiembre la fiesta de la Vírgen de Las Lajas y también otras fiestas religiosas. La historia cuenta que la vírgen se apareció ante una madre indígena y su hija sordomuda de nacimiento, y que el milagro se dió cuando esta último dijo: “Mamita, la mestiza me llama”.
Dejamos las mochilas guardadas en un locker en la terminal y fuimos a conocer el santuario. Para llegar tuvimos que tomarnos un taxi colectivo desde la terminal. Es un taxi al que uno se sube y tiene que esperar a que se llene para empezar el viaje y que todos paguen una tarifa fija (U$S 1 por persona). Una vez en el lugar empezamos una larga caminata de muuuuuuuuuchos escalones para llegar...
Habiendo visitado el santuario, volvimos a la terminal, buscamos las mochilas y seguimos viaje. Nos esperabamos una frontera larga y tediosa pero fue mucho meas tranquilo de lo que pensamos. En migraciones del lado de Colombia ni siquiera hicimos cola y nos sellaron los pasaportes enseguida. Del lado de Ecuador si tuvimos que hacer una cola de como 1 hora al aire libre pero el día estaba lindo asique se pasó rapído. Agarramos los libros y nos pusimos a leer mientras esperábamos jaja.
La última parte del viaje debía durar 2 horas y media pero terminaron siendo 4 y media porque la policía paró el colectivo y estuvieron 2 horas revisando una encomienda que no se quien había mandado y al parecer tenía perfumes y cosas que estaba trayendo de Colombia para venderlas.
Y así nos despedimos de Colombia. Fueron 3 semanas que se pasaron volando. Nos encantó todo lo que vimos, esta buenísimo para conocerlo!! Es un país que tiene de todo y que se esta recuperando y borrando de a poco esa mala imagen por cosas que pasaron hace ya unos años.
Chau Colombia, te vamos a extrañar!!
Matías
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